No siempre lo que ves en los relámpagos es lo que es

Investigadores húngaros encontraron que los artistas tienden a pintar los relámpagos con menos vetas de las que en realidad tienen las ráfagas de electricidad.

Este resultado se dio luego que se examinaran  cien pinturas y cuatrocientas fotografías de relámpagos, encontrando que éstas se diferenciaban por la cantidad de vetas parecidas a raíces.

Mientras los relámpagos pintados tenían un máximo de once ramas, las fotografías mostraron que los rayos se quebraban hasta en cincuenta partes, es más las  cifras precisas podrían ser incluso mayores, señalaron.

Se llegó a la conclusión de que los humanos con número o cantidades menores de cinco, somos capaces de “subitizar”, o juzgar a gran velocidad el número de objetos sin contarlos, pero si son más de diez, calculamos, con una precisión decreciente, lo cual podría explicar por qué son raras las ocasiones en que los artistas representan los relámpagos con más de once ramas.